EL ABRIGO NUEVO
Julián Nieto
Estudiante 11-2 2010
¿Por qué no oígo nada? No sé, tal vez vendrán a recogerme con prontitud.
Ahora comenzó a escucharse un eco, se oyen las voces de los niños que se sentaban en estos pupitres. Qué abrá sido de ellos, estarán perdidos en algún otro lugar, tal vez en una empresa o una corporación. No sé.
Nadie vendrá por mi, esta soledad será la nueva compañera, hasta que alguien me rescate. ¿Dónde terminaré? tal vez en una fundación donde otro niño sea quien me acompañe y de nuevo podré alimentarme de sus pensamientos.
Podré reevaluarme y...
¡Oh, una chaqueta nueva!